lunes, 20 de marzo de 2017

I. La Memoria, Verdad y Justicia (MVJ) sobre las/os 30.000 nos exige percibir qué país garantizaron los gobiernos K y el PJ

Con Macri tiende a culminar la maximización de la puesta 
en práctica del plan de miseria con diseño establecido, 
mediante genocidio del terrorismo de estado, por
el contubernio de capitales y estados imperialistas con los locales.
Percatarnos exige expandir la conciencia entre los de abajo de porqué desobedecer a la democracia vigente, al bipartidismo, a los derivados de los dos y sobre todo independizarse del PJ, lo que plantea a quienes se identifican peronistas discutir si los representa. Porque en la  historia de Argentina desde 1984 hasta hoy, todos los de abajo,  hallaremos pruebas de cómo garantizaron que la planificación dictatorial de la miseria se concretara.
Es hora, por la actualidad de la grave destrucción social y nacional, que tengamos en cuenta al incremento constante de riquezas, poderío e impunidad de la alianza de capitales y estados imperialistas con los locales desde los setenta hasta hoy. Desde ese entonces tanto la dictadura como la democracia construyeron nuestra subordinación a dichos opresores y represores. Es decir, nos convencieron de delegar en líderes que no reconocimos como antipopulares por no ejercer Memoria, Verdad y Justicia  en forma de destapar a los poderes constituidos sobre todo a partir de valerse del terrorismo de estado para derrotar aquella militancia por la autodeterminación social y nacional. A causa de no desenmascararlos dejamos de asumirlos en su antagonismo irreconciliable con nuestra voluntad de buenos vivires convivires. Nuestro desafío hoy, abajo y a la izquierda, es honrar a l@s 30.000 percibiendo la impunidad del poder económico e imperialista que nos domina.

Tratemos de enfocar algunos de los procesos de reestructuración de la Argentina en acuerdo con hacer a la creciente acumulación de riquezas y poder gran capitalista a costa de  arruinar al país y a nosotros, los diversos de abajo.
Comencemos por el sistema de la deuda externa pública para comprobar cómo se da el enriquecimiento de una minúscula minoría generando el empobrecimiento del país y sus pueblos e individuos.

Desde 1966 en adelante

En el período militar entre Juan Carlos Onganía y Alejandro Agustín Lanusse (1966-1972) la deuda externa argentina se incrementó desde los 3276 millones de dólares a 4800 millones, un 46 %. Entre los Gobiernos de Héctor José Cámpora, Juan Domingo Perón y María Estela Martínez de Perón(1973-1976) la deuda ascendió de 4870 millones de dólares a 7800 millones, un 62 %, dando el equivalente de 320 dólares de deuda por cada argentino (per cápita).31 Para los años setenta, el país contaba con pleno empleo y con la distribución de la riqueza más equitativa de toda la región, sin embargo, la elevada inflación afectaba fuertemente la competitividad de la economía.
Durante la Dictadura cívico-militar (1976-1983), la deuda trepó hasta los 45 000 millones de dólares, un 364 %, con lo cual se pasó a tener una deuda per cápita de 1500 dólares.
A partir de 1976, la nueva dirección económica del país se caracterizó por reducir los niveles de proteccionismo industrial, mientras que, de manera paralela, se encara un proceso de apertura para la llegada de los capitales extranjeros. Entre estas medidas se destacan dos en particular: una de ellas fue la «reforma financiera», concretada en 1977, que liberalizó la actividad del sector bancario. La otra medida trascendente fue «la Tablita», un instrumento donde se fijaba la variación de la pauta cambiaria, es decir, cuál sería la relación entre el peso y el dólar para cada día en los siguientes ocho meses.
Este cóctel de medidas permitió el surgimiento de la popularmente conocida «bicicleta financiera», que consistía esencialmente, en aprovechar el diferencial que existía entre las tasas de interés locales e internacionales, factor generado por el retraso de la paridad cambiaria. De este modo, el negocio se basaba en solicitar créditos al exterior, cambiar las divisas ingresadas al tipo de cambio vigente (sobrevaluado), colocar ese dinero en el mercado financiero local (plazos fijos a altas tasas de interés) y finalmente reconvertir esos pesos nuevamente en divisas, lo cual arrojaba cuantiosas ganancias. A diferencia de otros países de la región, que destinaron parte del endeudamiento externo a profundizar sus procesos de industrialización, en la Argentina el crédito internacional se utilizó principalmente con fines especulativos.
Para 1980 el fracaso de la política económica de Martínez de Hoz ya era evidente, a lo cual se sumó un alza en las tasas de interés internacionales. La crisis bancaria estalló en el mes de marzo cuando el Gobierno decidió cerrar el Banco de Intercambio Regional, que por aquel entonces era el mayor de los bancos privados locales. A los pocos días, se dispuso el cierre de otros grandes bancos y la política de liquidación continuó durante todo el año. Esto provocó un pánico generalizado entre los inversores, que se tradujo en un retiro de depósitos bancarios y en una demanda especulativa de divisas. En 1981 finalmente la moneda tuvo que ser devaluada en forma significativa, lo que ponía al borde de la quiebra a los grupos económicos locales y a las empresas trasnacionales que estaban fuertemente endeudadas en dólares. En medio de una profunda crisis económica y una corrida bancaria, el presidente de facto Jorge Rafael Videla y su ministro José Alfredo Martínez de Hoz renuncian, asumiendo Viola. El 29 de marzo de 1981 asume Lorenzo Sigaut, que dispone una nueva devaluación que provocó que el Peso perdiera un 35% de su valor respecto al dólar, mientras el PBI caía un 6% interanual. Tras estas medidas iniciales desdobló el mercado cambiario en financiero y comercial, mientras que los precios aumentaron un 155%, el resultado de estas medidas fue profundizar la recesión con alta inflación.32 El nuevo presidente del BCRA, Domingo Cavallo, decidió en septiembre de 1982 la estatización de 17.000 millones de dólares de deuda externa privada que paso a ser deuda pública. La deuda de diferentes empresas como Alpargatas S.A., Grupo Macri, Banco Francés del Río de la Plata, Banco de Galicia, Bunge y Born S.A., Grafa S.A., Molinos Río de la Plata, Loma Negra S.A, Ledesma,, Pérez Companc S.A., ACINDAR S.A., Ingenio Ledesma, fue transferida al Estado para que éste las pague.33 34
Ante esta situación, el entonces presidente del Banco Central, Domingo Cavallo, resolvió la implementación de un seguro de cambio para permitir a los deudores privados locales el repago de sus deudas con el exterior. Si bien dicho seguro incluía una tasa de interés, la realidad fue que la inflación y las posteriores devaluaciones terminaron licuando esas deudas, lo que en los hechos, se traducía en una estatización de la deuda externa privada.35
Este hecho le sumó al Estado compromisos por más de 5000 millones de dólares. Algunas de las empresas beneficiadas fueron ―en orden empezando por la que adicionó más deudas―: Acindar, Alpargatas, Autopistas Urbanas, Banco de Italia,Celulosa, COGASCO y Pérez Companc, entre otras.31
Durante el Gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989) se llegó a los 58 700 millones de dólares, subiendo un 44 %. En la década del Gobierno de Carlos Saúl Menem (1989-1999) se elevó un 123 %, con 146 219 millones de dólares. Y en el período de breve mandato de Fernando de la Rúa (1999-2001) llegó a unos 147 667 millones de dólares, subiendo un 9 %.31

 

El rol del Fondo Monetario Internacional en la deuda externa

Durante la dictadura militar de 1976 a 1983 se dio desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) un claro apoyo a la dictadura en su inicio al desembolsar un crédito con facilidades extendidas para países con problemas de pago debido a la suba del petróleo, el monto era de 110 millones de dólares y había sido acordado por el Gobierno previo pero sólo se efectivizó durante la dictadura. Un nuevo crédito aparecería en agosto de 1976, esta vez por 300 millones de dólares que se aplicaría en septiembre de 1977 con otro de 185 millones de dólares.36
Ello agudizado por el ministro de economía designado con el aval del banquero David Rockefeller en el Gobierno de Jorge Rafael Videla, José Alfredo Martínez de Hoz, quien enfatizó las privatizaciones de las empresas del estado más productivas. La deuda externa se multiplicó por seis en tan solo seis años, de 7000 millones de dólares en 1976 a 42 000 millones de dólares en 1982. Vale aclarar que nunca se esclareció a dónde se destinó esa deuda, varios analistas aseguran que unos 30 000 millones de dólares tuvieron un carácter fraudulento, que se fugó del país y apareció en cuentas en el exterior a nombre de argentinos.36
Durante una causa federal caratulada bajo el nombre de Olmos Alejandro que recayó en el juez Jorge Ballesteros se determinó la existencia de al menos 467 ilícitos vinculados al endeudamiento externo en la época militar:
[La deuda externa] ha resultado groseramente incrementada a partir del año 1976 mediante la instrumentación de una política económica vulgar y agraviante que puso de rodillas al país a través de los diversos métodos utilizados, que ya fueran explicados a lo largo de esta resolución, y que tendían, entre otras cosas, a beneficiar y sostener empresas y negocios privados -nacionales y extranjeros- en desmedro de sociedades y empresas del estado que, a través de una política dirigida, se fueron empobreciendo día a día, todo lo cual, inclusive, se vio reflejado en los valores obtenidos al momento de iniciarse las privatizaciones de las mismas
Fallo judicial del juez Ballesteros.36
El FMI había solicitado entre 1976 y 1977 una serie de medidas entre las que figuraban que la Nación solo se podría endeudar con el aval del presidente del Banco Central, Adolfo Diz (exdirector del FMI), y de José Martínez de Hoz (ministro de Economía). Se solicitó además la eliminación de aranceles de importación, la reorganización del sistema financiero, la unificación de la moneda y la liberación del control de movimiento de capitales. Con la excusa de acumular divisas, Diz y Martínez de Hoz produjeron un descontrolado endeudamiento y en 1978 se declaró la inflación. El dólar barato, junto con la baja de aranceles, produjo una estampida de importaciones que destruyó la industria nacional y el crack bancario de losaños ochenta fue resultado del mismo dólar barato, con el libre sistema financiero y una garantía estatal de los depósitos, que desataron especulaciones y diversos fraudes financieros.36

El Plan Brady (…)


Tomemos dos nombres para orientar nuestro esbozo de indagación histórica sobre porqué estamos como estamos hoy: Domingo Cavallo y David Rockefeller. El primero es el causante principal de que la deuda externa de los grandes capitales se haya transformado en nuestra eterna deuda y justifique que el capitalismo nos desposesione de derechos humanos. Pero también implementa el Plan de Convertibilidad según lineamientos del Consenso de Washington (conformado por BM, BID, FMI, gobierno de EE.UU., Comité de la Reserva Federal y algunos miembros del Congreso  de  EE.UU. y los "think tanks" dedicados a la formulación de políticas económicas que apuntan a forzar cambios estructurales en Latinoamérica). 
El Plan de Convertibilidad, también llamado el 1 a 1, designa al conjunto de medidas económicas tomadas por el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo el 1º de abril de 1991, durante la presidencia de Carlos Saúl Menem. La principal medida, origen del nombre, fue la la fijación del valor de 1 peso en 1 dólar estadounidense, que se mantuvo invariable durante toda la duración del plan. (…)
Consecuencias principales
En 1990 el 10% más rico de la población tenía ingresos 15 veces superiores al del 10% más pobre; en 1999 el factor había aumentado a 24 y después fue aún mayor. En 1975 el porcentaje de la población incapaz de satisfacer de modo mínimo la totalidad de sus necesidades básicas (técnicamente denominados “los pobres”) era el 5%; en 2001 fue el 35%. En 1975 el porcentaje de la población con ingresos insuficientes para satisfacer al mínimo sólo sus necesidades alimentarias (técnicamente denominados “los indigentes”, los que están en inminente riesgo de muerte por inanición) era el 2%; en 2001 llegó al 12%. El salario real disminuyó durante el período alrededor del 40%. La productividad industrial (la relación entre la cantidad de producto fabricado y su costo en mano de obra) aumentó alrededor del 40%, hecho aparentemente virtuoso. La mejora de productividad no provino de una mayor eficiencia del trabajo obrero, sino del recorte de sus salarios, de las horas extras impagas y del reemplazo de mano de obra por maquinarias. La única virtud del aumento de productividad, la baja de precios, no se dió. En esas condiciones era imposible la subsistencia de una industria que hasta entonces estaba mayoritariamente orientada a un mercado interno cuyo poder adquisitivo se esfumaba rápidamente.
Hubo un masivo y acelerado proceso de redistribución de actividades. Desapareció una enorme cantidad de pequeñas empresas de alta ocupación de mano de obra y aumentó el tamaño de los grandes concentrados industriales de menor ocupación de mano de obra, fenómeno que en el expendio de alimentos se expresó por la proliferación de supermercados. Las empresas oligopólicas, cuyas prácticas no fueron casi controladas por los gobiernos, duplicaron su participación en el producto bruto industrial. Disminuyó grandemente la variedad de las manufacturas argentinas y la producción se volcó a productos exportables de escaso nivel de elaboración y bajo valor agregado. La industria textil y la metal-mecánica liviana, grandes demandantes de mano de obra, fueron las que más se redujeron. La producción industrial se concentró: en 2001 el 2% de las mayores empresas (extracción de petróleo, siderurgia, petroquímica, cemento y alimentos) generaba el 60% del valor de producción y las más altas tasas de ganancias. En 1998 el 47% de las 322 mayores empresas del país estaban controladas por capitales extranjeros. Estas empresas “extranjeras” generaban el 61% de la producción industrial, el 66% de las exportaciones y el 73% de las importaciones y recaudaban el 70% de las ganancias. Aportaban el 48% de la ocupación de mano de obra y sólo el 17% del saldo positivo de la balanza comercial, dato este último indicativo de la intensa remisión de ganancias al exterior.
En la época del peso barato los inversores extranjeros no crearon nuevas industrias, compraron las existentes. Se arrendaron o vendieron los más valiosos bienes del Estado a una fracción de su valor real, alegando disminuir una deuda externa que pasó de 7.900 millones de dólares en 1975, a 150.000 millones de dólares en 2001. Se privatizó una de las más grandes empresas mundiales del rubro petrolífero, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), que había hecho la mayor parte de la exploración de cuencas y la más grande red nacional de surtidores de nafta, viabilizando en su época el transporte automotor hasta en el último rincón del territorio. Se alegaba la incapacidad del Estado de administrar bien empresas y la falta de recursos para actualizar su infraestructura, pero no fue necesariamente así. Mientras la telefónica estatal ENTEL no había actualizado sus tecnologías ni satisfecho las enormes demandas de conexiones, Gas del Estado había canalizado con grandes gasoductos el gas hasta entonces desperdiciado de los yacimientos. El gasoducto Comodoro Rivadavia - Buenos Aires fue en su momento el más largo del mundo, superando barreras tecnológicas que grandes países productores de petróleo consideraron entonces insalvables. El déficit de YPF se debió a los valores subsidiados de las naftas, valores que se actualizaron justo antes de su privatización. Entre 1998 y 2000 Repsol-YPF extrajo el barril de petróleo argentino a un costo inferior a 3 dólares y lo vendió al precio internacional de 20 a 30 dólares. La mayoría de las empresas privatizadas hicieron sólo, y a veces ni siquiera, las inversiones indispensables para el mantenimiento de sus servicios y frecuentemente no pagaron sus cánones. Entre 1993 y 2001 la tasa anual promedio de ganancias de las empresas privatizadas —que gozaron del insólito privilegio de reajustar sus tarifas por la inflación de EE. UU.— fue del 10%, mientras que la del resto de las empresas fue del 1%. Al igual que en la época la conquista, los nativos entregamos oro y recibimos espejitos de colores.
La ganadería se hizo comparativamente menos rentable y su producción disminuyó a pesar de los nuevos mercados abiertos por la crisis europea de la vaca loca y la erradicación nacional de la aftosa. El 80% de los productores de algodón del Chaco y Formosa eran minifundistas sin capital ni actualización tecnológica, y aunque el reemplazo de los braceros por cosechadoras mecánicas bajó a menos de la mitad el costo de recolección, su producción de algodón disminuyó de 130.000 toneladas en 1990 a 80.000 toneladas en 1999. La labor de las cooperativas se vio casi imposibilitada por las altísimas tasas de interés de créditos que eran “salvavidas de plomo”.
Se “primarizó” y extranjerizó la industria, logrando una mayor inserción en el esquema internacional de división del trabajo, donde al Tercer Mundo le toca proveer productos primarios y mano de obra barata y costear su deterioro social y ambiental. Se exportaron los alimentos que le faltaban a los más pobres, y se importaron abundantes productos (como los electrónicos de última generación) para los más ricos, algunos de ellos sin pagar siquiera derechos de aduana (como el whisky y las joyas). La cuantiosa inversión tecnológica hecha durante el período por la industria concentrada y los productores de soja no mejoró la satisfacción de las necesidades básicas de las mayorías, enriqueció mucho a unas pocas empresas, la mayoría extranjeras, a costa del resto del país. Leer
 
En suma, el Partido Justicialista liderado por Carlos Menem impuso legal y legítimamente al caballo de Troya. Sin embargo el autodenominado progresismo converge en posicionar dentro del Ejecutivo a ese representante dilecto de la alianza de capitales y estados imperialistas (bajo conducción de Estados Unidos) con los locales. En efecto: 
 
 

Álvarez quiere sumar a Ruckauf y a Cavallo al "pacto democrático"

17 de diciembre de 2000

La idea fue bien recibida en la oposición
ex vicepresidente y líder del Frepaso, Carlos "Chacho" Alvarez, propuso que el gobierno de la Alianza convoque a distintas fuerzas de la oposición para diagramar un plan que promueva el crecimiento de la economía durante el año próximo. Para este "pacto democrático" nombró, especialmente, al ex ministro de Economía Domingo Cavallo y al gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf.
"Esta agenda para una nueva etapa que comienza no debe ser solamente del Gobierno -sostuvo Alvarez-. Algunas de estas propuestas pueden ser acordadas con importantes dirigentes del país y de la oposición." La convocatoria de Alvarez fue bien recibida en las filas de Acción por la República, partido liderado por Cavallo. Sin embargo, el ex ministro no quiso formular declaraciones al respecto, según indicó a La Nación su vocero, Sebastián García Díaz.
En tanto, en el entorno del gobernador Ruckauf se observa con buenos ojos un eventual ingreso de Cavallo en el gabinete de la Alianza, particularmente en el Ministerio de Economía. Entienden que la figura del ex superministro de Menem podría ser adecuada en el proyecto de relanzamiento del Gobierno.
Alvarez considera que en esta nueva etapa que se propone iniciar el Gobierno debe incluirse la discusión de una profunda reforma impositiva que induzca a una rebaja en los impuestos que distorsionan la economía.
"El objetivo debe ser bajar los impuestos, mejorando las posibilidades de la sociedad, que se redistribuyan mejor los ingresos y haya una política de Estado de crecimiento", señaló el ex vicepresidente.
En este sentido, el líder del Frepaso señaló que el paquete de propuestas que elevó al presidente Fernando de la Rúa ya recibió el aval de distintos sectores. Básicamente, su idea es que se acuerden políticas de Estado que puedan perdurar en el tiempo.
"Hasta el momento, distintas voces han señalado que las propuestas que dirigí al Gobierno parecían viables y acertadas", celebró Alvarez.

 

Aval de Alfonsín

De todas maneras, Alvarez aclaró que la posibilidad del ingreso de Cavallo en el gabinete "no está contemplada" por el Gobierno. Sin embargo, insistió en que la Alianza debe dejar de discutir acerca de si el ex ministro de Economía ingresa o no en el Gobierno y, en cambio, proponer una amplia convocatoria política para impulsar medidas que mejoren la situación económica actual.
La idea del ex vicepresidente fue bien recibida por el titular de la Unión Cívica Radical (UCR), Raúl Alfonsín.
Desde Paraná, donde participa de la convención nacional de su partido, Alfonsín indicó que la propuesta de Alvarez "es coincidente" con la idea de pacto democrático que él alienta.
Sin embargo, marcó un matiz respecto de la convocatoria que formuló Alvarez, al incluir entre los dirigentes que deberían ser invitados al titular del justicialismo y ex presidente de la Nación, Carlos Menem.
Por su parte, el jefe de Acción por la República en el distrito porteño, Armando Caro Figueroa, felicitó a Alvarez por su idea de invitar a partidos de la oposición para diagramar ideas para una nueva etapa de gobierno. (…)

Pero insistamos en averiguar sobre el papel antipopular de Carlos "Chacho" Álvarez y de todo el progresismo:

Chacho verá a Lagos
23 de agosto de 2004

El ex vicepresidente y director del centro de estudios Cepes, Carlos “Chacho” Alvarez se reunirá mañana con el presidente de Chile, Ricardo Lagos, en el marco de una serie de contactos que planea mantener con líderes progresistas del continente. Chacho integra la Red de Centros Progresistas creada en mayo pasado, formulada con el objetivo de articular “estrategias de desarrollo compartidas entre los países de la región”. (…)

A raíz de la historia posterior y de la que le precedió sabemos que el progresismo proyectó y practicó la instauración de un régimen supranacional y un esquema de gobiernos locales que consistió en establecer la falsa y excluyente polarización porque es entre dos derechas: centroderecha y centroizquierda. Fue su estrategia para volver imposible la rebelión de los pueblos y su toma del destino común ante la rebelión popular del 2001-2002, también las de los otros países con gobiernos progresistas e izquierdistas. 
Respecto a David Rockefeller, tenerlo presente nos ayuda a hallar los verdaderos significados e implicancias de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Al respecto  Jorge Rulli y Maximiliano Mendoza del  Grupo de Reflexión Rural comunican:
(…)El 14 de junio del año pasado 2012, pocas horas después de su aclamada intervención por la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas ante el Comité de Descolonización de la ONU, Cristina Fernández de Kirchner participó de una reunión en el Consejo de las Américas junto a diversos representantes de las corporaciones transnacionales más poderosas del mundo [8]. Entre ellos, por supuesto, se encontraban los directivos de Monsanto Company.
Durante el encuentro, la presidenta anunció algunas de las medidas que favorecen a su filial en Argentina y que hoy mantienen en estado de alerta a muchos movimientos sociales de todo el país: la inversión de casi 2000 millones de pesos para la construcción de dos “centros de investigación y desarrollo” en la localidad de Islas Malvinas (Córdoba) y en Tucumán; el lanzamiento comercial de la nueva soja “Intacta RR2 Pro” [9] -que agrega mayor resistencia al glifosato y repelencia a lepidóteros-; la aplicación de nuevas tecnologías aplicadas al maíz transgénico para incrementar su productividad; el futuro “respeto por las patentes” sobre las modificaciones genéticas de Monsanto -que posiblemente se traduzca en un nuevo esquema legal sobre las semillas con el fin de asegurar su tributación por parte de los productores-; la importancia de las inversiones de dicha empresa en el marco de los objetivos del Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial Participativo y Federal 2010-2020 (PEA2) y la posibilidad de extender la frontera agropecuaria hacia la Patagonia. (…) Leer 
En ampliación de este artículo, sinteticemos que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner legalizó y legitimó la ocupación económico territorial del sistema global de agronegocios. Consiguió impunidad  para el Estado promotor de biocombustibles, IIRSA e hipermercados. La refuerza con el PEA2 y su empeño en promover la Ley de semillas o Ley Monsanto.
Prosigamos aclarando sobre qué democracia tenemos desde 1984 y si los gobiernos K responden a su auto caracterización de nacional, popular y de derechos humanos:

¿Qué es el Consejo de las Américas?

17 de septiembre de 2013
Por Centro Mandela DD HH / Chaco
El 22 de agosto pasado se celebró en la ciudad de Buenos Aires el encuentro que todos los años organiza en ésta el Consejo de las Américas. La importancia de este evento está dada por el hecho que siempre son invitadas distintas personalidades nacionales que se destacan en el firmamento político nacional.
El tema convocante de este año fue el de las Perspectivas económicas y políticas de la Argentina, y fueron invitados como oradores figuras políticas que en su conjunto han representado todo el espectro político nacional, desde Mauricio Macri, Débora Georgi, Jorge Capitanich, Daniel Scioli, Miguel Galuccio, Silvina Gvirtz, Antonio Bonfatti, Margarita Stolbizer, Francisco de Narváez y Sergio Massa, quien expuso al cierre del encuentro. Es decir, en distintos grados estuvieron representadas las fuerzas políticas oficialistas, al igual que las fuerzas políticas de la llamada “oposición”, tanto en su vertiente peronista como no peronista.
Como anfitriones de la jornada oficiaron Eduardo Erneukián (por la Cámara Argentina de Comercio) y Susan Segal, presidente del Consejo de las Américas y una de las colaboradoras más cercanas al fundador de la institución, David Rockefeller.
Este año en particular esta jornada tuvo bastante repercusión pública, por el especial momento político que estamos viviendo los argentinos y porque en este ámbito –como si fuera un punto de encuentro y unidad- compartieron una misma tribuna las expresiones políticas cotidianamente enfrentadas en el ámbito nacional.
Vale la pena preguntarse entonces qué es este Consejo de las Américas (Americas Society/Council of the Americas), que ha producido el “milagro” de hacer confluir en un ámbito de concordia a figuras que en la acción política de todos los días parecen estar enfrentadas en forma casi irreconciliable.
1. En primer lugar, el Consejo de las Américas es un organismo creado en 1965 por David Rockefeller, para agrupar a las más importantes empresas norteamericanas, basado en la creencia fundamental que “los mercados libres y los emprendimientos privados ofrecen los medios más efectivos para lograr el crecimiento y la prosperidad económicos de la región”. Como se puede apreciar, se trata del más puro y rancio dogma liberal híper-capitalista, que supone que la libertad de comercio y la iniciativa privada constituyen el mejor medio para hacer desarrollar económica y socialmente a Hispanoamérica.
Sobre la base de estas dos premisas dogmáticas, el Consejo de las Américas tiene como objetivo fundamental “informar, alentar y promover mercados libres e integrados para beneficio de las compañías que forman parte de nuestra membresía, así como de los Estados Unidos y de todos los pueblos de las Américas”.
En realidad, se pretende el crecimiento económico de nuestros países, para sustentar los intereses comerciales del conglomerado empresarial de David Rockefeller y familia.
Desde esa época inicial y en forma paulatina ha crecido el número de miembros del Consejo, y hoy en día son más de 200 las compañías de primerísimo nivel que forman parte del nucleamiento y que “representan a la mayoría de las inversiones privadas estadounidenses en América latina. Entre ellas, tiene la primacía Chevron Corp como empresa corporativa patrón, y las que más se destacan después de ella están, entre otras, American Express Company, Archer-Daniels-Midland Company, Bank of America, Bank of New Scotia, Barrick Gold Corporation, BlackBerry, Bank of New York-Mellon, Bunge Limited, Cargill Incorporated, Cisco Systems, Citigroup Inc., The Coca-Cola Company, Direct TV Latinoamerican, Exxon Mobil Corp., Federal Express, Financial Times, Ford Motor Company, General Electric Company, Goldman Sachs, Google Inc., Hewlett Packard Company, IBM Corp., J. P. Morgan-Chase, Johnson & Johnson, Kraft Foods International, Marriot International, Mc Donald Corporation, MetLife Inc., Microsoft Corporation, Monsanto Company, Pepsico, Visa International, Wal-Mart Stores Inc., Western Union Company, etc.
2. Pero además de las empresas estadounidenses mencionadas, se han agregado al Consejo como miembros corporativos empresas que no son estadounidenses, sino de distintas nacionalidades (por lo menos en su origen), como ser Banco Santander (“español”), Bank of Tokyo-Mitsubishi, BBVA (“español”), BNP Paribas (“francés”), CEMEX (“mexicana”), Cisneros Group of Companies (“venezolano”), Credit Suisse (“suizo”), Deutsche Bank, Glaxo-Smith-Kline (“inglés”), Grupo Televisa (“mexicano”), Itaú Unibanco Holdings (“brasileño”), MBA Lazard (“francés”), Odebrecht (“brasileña”), Petrobras, Repsol, Shell International, Standard Chartered Bank (“sudafricano-inglés”), Telefónica Internacional USA, etc.
3. También se cuentan empresas “argentinas” entre los miembros de este selecto organismo propiedad del magnate David Rockefeller: Aeropuertos Argentina 2000, Banco de la Nación Argentina, Bridas Corporation (hermanos Bulgheroni), Celulosa Arauco y Constitución, IRSA Inversiones y Representaciones SA (Eduardo Elztain[4]), Lan Argentina S.A., Panedile Argentina SA (constructora patagónica), Techint Incorp., etc.
4. Mención especial merece la firma Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton, estudio jurídico que defiende oficialmente a la Argentina en Estados Unidos, en todo lo que se refiere al tema de la deuda externa y a las negociaciones financieras encaradas por nuestro país en la Bolsa de Valores neoyorkina.
5. ¿Qué significan en realidad todos estos datos? Ante todo, que la familia Rockefeller tiene el control (en contados casos también la propiedad) de las empresas mencionadas, con lo cual es el dueño real de las mismas. En lo que se refiere a nuestro país (y a los países hermanos hispanoamericanos), gran parte de nuestra economía y de nuestro sistema financiero están en manos de la familia Rockefeller, lo cual incluye a nuestro Banco de la Nación Argentina.
Y como si esto fuera poco, la familia Rockefeller es la que defiende a la Argentina ante los tribunales estadounidenses en todo lo que se refiere al endeudamiento público de nuestra Nación, a partir del Proceso de Reorganización Nacional. Es decir, en Estados Unidos a la Argentina la defiende David Rockefeller y su “familia”.
6. En los meses de julio-agosto de cada año, bajo la batuta de Susan Segal, el Consejo de las Americas organiza en varias capitales de nuestros países jornadas de un día de duración, con referentes políticos de cada país anfitrión: Santiago de Chile, Buenos Aires, Montevideo, Lima, Bogotá, San Pablo, etc.
En la segunda quincena del mes de setiembre de cada año, los presidentes de nuestros países son agasajados en la sede neoyorkina del Consejo, donde exponen sus consideraciones políticas y sus proyectos ante los representantes de las empresas que forman parte del organismo, tras lo cual nuestros presidentes reciben la aprobación y el reconocimiento.
Aunque sean críticos de la globalización y del Alca, nuestros representantes políticos son tratados con total cortesía, como auténticos amigos. Quizás éste sea uno de los motivos que expliquen por qué, tanto en las jornadas “latinoamericanas” como en la visita a la sede central, nunca se planteen los tres temas que tanto daño han hecho a nuestros países y a nuestros pueblos: la deuda externa cada vez más impagable, la injusta y desigual distribución de la riqueza, la concentración económica mundial cada vez mayor y la primacía que ha adquirido la especulación financiera parasitaria e improductiva frente a la economía real.

Aún más, el hijo de quien fue presidente y principal accionista de la Standard Oil (que llevó al golpe de estado del 6 de septiembre de 1930) encabeza:
Los oscuros planes de la Comisión Trilateral
3 de junio de 2015

 

Por Jon Rappoport
La mayoría de gente ha oído hablar poco del poder que tiene la Comisión Trilateral.
Para destacar su importancia y significado, recordemos una entrevista de 1978, realizada por el reportero Jeremiah Novak. Novak hablaba con dos miembros estadounidenses de la Comisión Trilateral, un grupo fundado en 1973 por David Rockefeller y por su lacayo intelectual, Zbigniew Brzezinski.
NOVAK: Sí, pero ¿por qué el presidente Carter no le dice al pueblo estadounidense que el poder económico y político de los EEUU está siendo coordinado por la Comisión Trilateral? Después de todo, si la política de Estados Unidos se está realizando a nivel multinacional, la gente debe saberlo.
RICHARD COOPER [miembro de la Comisión Trilateral]: El presidente Carter y el Secretario de Estado Vance han aludido constantemente a esto en sus discursos.
KARL KAISER [miembro de la Comisión Trilateral]: Simplemente, el tema no ha salido a colación.
Esta pequeña conversación resume claramente el nivel de arrogancia de los miembros de la Comisión Trilateral, capaces de aceptar durante una entrevista, con toda la naturalidad del mundo, que el gobierno de Estados Unidos estaba siendo controlado por ellos.
Desde entonces, la Comisión Trilateral ha determinado el progreso de los tratados comerciales que han cambiado el mundo y que lo cambiarán en el futuro: el NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) , el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, que sentó las bases para la Organización Mundial del Comercio), el CAFTA (Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana), y ahora, el TPP (Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica) y el TTIP ( Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión), que se están negociando en secreto entre múltiples naciones con un peso determinante en el comercio y el PIB mundial.
A continuación transcribimos 2 citas de miembros clave de la Comisión Trilateral, que reflejan claramente el tipo de objetivos globalistas que persigue esta oscursa entidad:
“El Estado-nación como unidad fundamental de la vida organizada del hombre ha dejado de ser la principal fuerza creativa: Los bancos internacionales y las corporaciones multinacionales están actuando y la planificando el futuro en términos que son mucho más avanzados que los conceptos políticos de la nación-estado” – Zbigniew Brzezinski, 1969.
Recordemos que Brzezinski fue el mentor en política exterior de Obama después de que Obama ganara la presidencia en 2008.
Cualquier duda sobre los objetivos de la Comisión Trilateral es contestada por el propio David Rockefeller, su fundador, en sus Memorias del año 2003:
KAISER [miembro de la Comisión Trilateral]: Simplemente, el tema no ha salido a colación.
Esta pequeña conversación resume claramente el nivel de arrogancia de los miembros de la Comisión Trilateral, capaces de aceptar durante una entrevista, con toda la naturalidad del mundo, que el gobierno de Estados Unidos estaba siendo controlado por ellos.
 
Desde entonces, la Comisión Trilateral ha determinado el progreso de los tratados comerciales que han cambiado el mundo y que lo cambiarán en el futuro: el NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) , el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, que sentó las bases para la Organización Mundial del Comercio), el CAFTA (Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana), y ahora, el TPP (Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica) y el TTIP ( Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión), que se están negociando en secreto entre múltiples naciones con un peso determinante en el comercio y el PIB mundial.
 
A continuación transcribimos 2 citas de miembros clave de la Comisión Trilateral, que reflejan claramente el tipo de objetivos globalistas que persigue esta oscura entidad:
 “El Estado-nación como unidad fundamental de la vida organizada del hombre ha dejado de ser la principal fuerza creativa: Los bancos internacionales y las corporaciones multinacionales están actuando y la planificando el futuro en términos que son mucho más avanzados que los conceptos políticos de la nación-estado” – Zbigniew Brzezinski, 1969. Recordemos que Brzezinski fue el mentor en política exterior de Obama después de que Obama ganara la presidencia en 2008. Cualquier duda sobre los objetivos de la Comisión Trilateral es contestada por el propio David Rockefeller, su fundador, en sus Memorias del año 2003: “Algunos incluso creen que somos parte de una cábala secreta que trabaja contra los mejores intereses de los Estados Unidos; calificando a mi familia ya mí mismo como ‘internacionalistas’ y acusándonos de conspirar con otros alrededor del mundo para construir una estructura política y económica global más integrada en un mundo unficado. Si ese es el cargo, me declaro culpable y estoy orgulloso de ello”.
Que nadie se deje engañar por expresiones grandilocuentes. Cuando Rockefeller habla de “estructura política y económica global más integrada en un mundo unficado”, de lo que está hablando es de dominación a las poblaciones de todo el mundo a través de las grandes corporaciones.
La Comisión Trilateral sigue dominando todos estos resortes para diseñar el mundo futuro para que sirva a sus intereses.
El actual representante de Comercio de Estados Unidos (nombrado por Obama en 2013), y que es responsable de la negociación del TPP con otras 11 naciones, es Michael Froman, un ex miembro de la Comisión Trilateral.
Que nadie se deje engañar por la expresión “ex miembro”. Los miembros de la Comisión Trilateral dimiten cuando toman posiciones en el Poder Ejecutivo del gobierno. Y cuando al final sirven en posiciones vitales, como la de representante comercial estadounidense, que no llegan allí por accidente. Están allí siguiendo una agenda específica.
De todos los objetivos que tiene la Comisión Trilateral, los tratados que actualmente está impulsando, es decir, el TTIP y el TPP, son elementos cruciales y prioritarios en su esfuerzo por favorecer los intereses de las grandes corporaciones que deben sustituir a los gobiernos como herramientas de poder.
Una de las megacorporaciones que más favorecidas son por la Comisión Trilateral, es Monsanto.
De 2001 a 2008, un hombre llamado Islam Siddiqui fue un lobbysta acérrimo encargado de defender los intereses de Monsanto, BASF, Bayer, Dow, DuPont y Syngenta, las mayores y más agresivas corporaciones de biotecnología del mundo, siendo vicepresidente de CropLife America.
El 21 de octubre de 2011, Obama nombró a Siddiqui Jefe Negociador Agrícola del gobierno federal, y sirvió en esa posición hasta que renunció el 12 de diciembre de 2013. Durante su mandato, Siddiqui, hombre de Monsanto, negoció a fondo los acuerdos del TPP.
El 22 de abril de 2009, Siddiqui había realizado una conferencia para la prensa titulada falsamente titulado “la Revolución Verde”:
“Lo que necesitamos ahora en el siglo XXI es otra revolución, no llevada a cabo de forma convencional. Necesitamos usar las tecnologías del siglo XXI, incluida la biotecnología, la tecnología de mejora genética y las tecnologías más avanzadas de la biología molecular. Los productos químicos, los pesticidas, ahora dejan una menor huella en el medio ambiente, son más verdes, en términos de los efectos adversos y los efectos ecológicos. Y también son probados más a fondo”.
Siddiqui es un profesional de la desinformación.
Por ejemplo, el pesticida más utilizado del mundo, desplegado conjuntamente con los cultivos transgénicos de Monsanto, está “siendo probado tan a fondo” para garantizar su seguridad, que ahora ha sido declarado probable carcinógeno por la Organización Mundial de la Salud. Obviamente estamos hablando del tristemente famoso Roundup.
Probablemente, la función de Siddiqui al negociar los intereses de Estados Unidos en el TPP, era la de favorecer a las grandes industrias norteamericanas de la biotecnología, y a todas las empresas que se ganan la vida vendiendo cultivos y semillas Genéticamente Modificadas (OGM), junto con sus pesticidas.
¿Cuál será el resultado de la participación de Siddiqui en las negociaciones de estos tratados? Pues que naciones que se resistan a la importación de alimentos OGM serán demandadas en tribunales privados, por interferir con el “libre comercio”.
Este es el objetivo primordial que tienen el TPP y el TTIP.
Consideremos un ejemplo concreto reciente, el movimiento de rechazo en el condado de Maui en Hawai, donde en las últimas elecciones, los ciudadanos votaron por bloquear los experimentos con cultivos OGM y sus pesticidas asociados, hasta que una investigación independiente pudiera evaluar los efectos sobre la salud de esas actividades al aire libre.
Monsanto demandó la suspensión inmediata de esas iniciativas votadas democráticamente en las urnas y consiguió una medida cautelar, con lo que el caso y la oposición popular, han quedado paralizados en la corte federal desde entonces.
Esto es a pequeña escala lo que le espera al mundo con los tratados TPP y TTIP.
Bajo el TPP, todas aquellas acciones exitosas de las comunidades locales contra el cultivo y uso de transgénicos y sus pesticidas en cualquiera de los 12 países que han acordado el tratado, serán consideradas un obstáculo al libre comercio; y en vez de provocar una batalla judicial pública, las empresas podrán simplemente demandar (o amenazar con demandar) en un tribunal privado al país que se oponga a sus intereses, automáticamente derrotando a las comunidades locales y ganando el juicio.
De hecho, los intentos por etiquetar los alimentos OGM, y todas las leyes anteriores que obligan al etiquetado de estos productos en varios países, podrían ser canceladas de manera arbitraria.
Consideremos la reciente acción de los Representantes de Comercio de Estados Unidos en Europa. Durante la negociación del TTIP, los congresistas republicanos del Comercio presionaron a la Unión Europea (UE) para modificar su postura sobre los pesticidas.
The Guardian (22 de mayo de 2015) plasmó los hechos así:
“La Unión Europea ha dejado renunciado a las leyes contra los pesticidas debido a la presión de Estados Unidos sobre el TTIP. Los funcionarios de comercio de Estados Unidos empujaron a la UE a dejar de lado toda acción contra los productos químicos que actúan como disruptores endocrinos relacionados con el cáncer y la infertilidad masculina para facilitar el progreso del acuerdo de libre comercio”.
Lo más grave es que esta acción represiva y criminal se ha producido sin que tan siquiera el tratado haya sido ratificado. La presión para que se alcance un acuerdo que beneficie a las grandes corporaciones, ha pasado por encima de los efectos tóxicos que puede tener sobre la población el uso de productos químicos que provocan infertilidad masculina y cáncer.
Este es el respeto que tienen los gobernantes y los políticos norteamericanos y europeos hacia las poblaciones que dicen representar.
Este es el tipo de juicios que podemos esperar, cuando el TTP y el TTIP sean ratificados.
Esta es la cara de globalismo corporativo.
Esta es la cara de la Comisión Trilateral globalista.
Recientemente, el senador Jeff Sessions rompió el código de silencio sobre lo que representa el Tratado TPP. Su revelación más impactante fue sobre los “acuerdos en vivo”.
Los acuerdos en vivo son cambios arbitrarios que se pueden hacer en el tratado sin consultar al Congreso, después de que el tratado haya sido ratificado.
En otras palabras, el tratado es el tratado hasta que no lo es, hasta que se convierte en algo más, en algo diferente, algo peor, algo que permite a las mega-corporaciones obtener un poder aún mayor grado que el que se negoció previamente.
Barbara Chicherio ofrece una poderosa idea de lo que está por venir si el TPP (y el TTIP) son ratificados:
“Los acuerdos comerciales nos dejan una historia de desplazamientos de los pequeños agricultores y de destrucción de las economías locales de producción alimentos. Diez años después de la aprobación del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) 1,5 millones de agricultores mexicanos se fueron a la quiebra porque no podían competir con el maíz estadounidense altamente subsidiado, que entraba a raudales en el mercado mexicano.
En los mismos 10 años, México pasó de ser un país que prácticamente producía la totalidad de su propio maíz, a convertirse en un país que importa ahora al menos la mitad de este alimento básico. Con ello, los consumidores mexicanos están pagando precios más altos por el maíz transgénico de Monsanto”.

Pero no se trata sólo de los productos OMG.
Supongamos que una compañía farmacéutica de Estados Unidos decide exportar un nuevo fármaco a Japón, a Australia o a Canadá, todos ellos miembros del TPP. Y supongamos que ese medicamento es altamente tóxico. Supongamos que los gobiernos respectivos de esas naciones se oponen a importar el medicamento tóxico. Gracias al TPP, La compañía estadounidense podría demandar y ganar un juicio, obtener una gran indemnización y obligar a esos países a importar el medicamento tóxico de todos modos.
Como he escrito en artículos anteriores, los detalles de las negociaciones del TPP y el texto del TPP son secretos, así como sucede con el TTIP.
A los funcionarios gubernamentales de los países miembros no se les permite conocer todos los detalles del tratado, ni están autorizados a revelar lo que saben al público.

Se trata de una dictadura oligárquica de las empresas a escala global.
Aquellas personas que todavía creen que un mundo unificado, entregado a los poderes fácticos, nos dará a todos una vida mejor, más vale que dejen de creer en cuentos de hadas y que empiecen a observar la realidad de la traición que se está realizando.
La Comisión Trilateral, así como todas las entidades globalistas, tienen como objetivo destruir los derechos y el poder de todas las comunidades, y en última instancia, destruir a todas aquellas personas que todavía tengan el objetivo de defender su libertad.
Las élites, encarnadas en organismos como la Comisión Trilateral, están construyendo una auténtica pesadilla para todos nosotros, una dictadura global regida por grandes corporaciones y grandes bancos que serán propietarios de todo, incluídas nuestras propias vidas.
Que nadie se deje engañar con la oleada de propaganda que se producirá cuando traten de vendernos las bondades del TTIP…